Control de costes en construcción.

mayoría de las empresas constructoras tienen una estructura muy limitada, lo que significa que carecen de los recursos humanos y materiales necesarios que no están directamente relacionados con la obra, y no llevan a cabo un control adecuado de los costos y resultados de sus proyectos.

Aunque una obra pueda ser de pequeña escala, aún así es beneficioso controlar sus resultados. En todos los aspectos de la vida, no se puede mejorar lo que no se mide.

Muchas pequeñas constructoras basan su información financiera únicamente en el flujo de efectivo, es decir, lo que queda de saldo en cuentas corrientes al final del mes o del año o de la obra. Esto implica que, en un mes determinado, lo que se ha ingresado menos lo que se ha pagado representa el beneficio. Sin embargo, este enfoque es incorrecto por varias razones.

Al controlar una empresa únicamente a partir de los flujos de efectivo, se pasan por alto varios aspectos importantes:

  • No se tiene en cuenta la realidad de la obra en relación con los ingresos recibidos. Por ejemplo, recibir un anticipo de un cliente antes de comenzar la obra no significa necesariamente que la empresa tenga un beneficio ese mes, sino simplemente que hay un movimiento positivo en el balance.
  • Se consideran como costos únicamente las facturas recibidas, sin tener en cuenta los suministros y servicios pendientes de facturar al final del mes. Esto lleva a una imagen incorrecta del resultado económico de la empresa, ya que no se tienen en cuenta los costos en los que ya se ha incurrido pero que aún no se han facturado.
  • El tratamiento incorrecto de los impuestos, al no prever su pago y considerarlos simplemente como un costo cuando en realidad son una consecuencia.
  • La ausencia total de control sobre la obra, lo que impide tomar decisiones informadas sobre su rentabilidad.

En resumen, el control económico basado únicamente en los flujos de efectivo de un período determinado es incorrecto y puede llevar a la adopción de medidas equivocadas.

El control de costes para una pequeña empresa constructora consiste básicamente en seguir este proceso:

  1. Planificación económica inicial de la obra, que implica estimar los costes y los ingresos esperados.
  2. Imputación mensual de los costes de la obra, lo que implica registrar todos los suministros y servicios utilizados en la obra.
  3. Procesamiento de los datos recibidos para obtener informes sobre el resultado de cada obra y de la empresa en su conjunto.
  4. Análisis y toma de decisiones para mejorar la eficiencia y rentabilidad.

Controlar los costes ofrece dos ventajas principales en comparación con el sistema de flujo de efectivo:

  1. Proporciona un conocimiento preciso del resultado de cada obra cada mes, lo que permite detectar errores, reclamar sobrecostos al cliente, identificar desviaciones respecto a la planificación inicial y mejorar los presupuestos de obras futuras.
  2. Permite conocer el resultado económico de la empresa cada mes, lo que facilita la planificación financiera, la adaptación a cambios en la situación económica y financiera, el cumplimiento de obligaciones fiscales y legales, y la identificación de tendencias en la gestión de las obras.

Para una pequeña o mediana empresa constructora, hay dos formas de acceder a información detallada sobre los costos:

  1. Con medios propios, lo que implica disponer de los recursos informáticos y administrativos necesarios para llevar a cabo el control de costos.
  2. Con medios ajenos, subcontratando la gestión integral del control de costos a una consultoría de construcción.

La subcontratación del control de costes ofrece ventajas como ser más económica, proporcionar flexibilidad y adaptabilidad, ofrecer objetividad y neutralidad, y reducir la carga administrativa interna. Externalizar este control permite a la empresa concentrarse en sus actividades principales y mejorar su eficiencia y rentabilidad.

Entre las ventajas de subcontratar el control de costes figuran:

  • Más económico.
  • Evita la contratación de personal administrativo específico para el control de costes. Disminuye por tanto el pasivo laboral.
  • Flexibilidad y adaptabilidad. Se puede anular el servicio si baja el nivel de obra, o proporcionar servicios temporales durante picos de trabajo o proyectos específicos.
  • Objetividad y neutralidad. Al ser externas a la empresa, las consultoras pueden ofrecer una perspectiva objetiva y neutral sobre los costes de la obra. Esto minimiza posibles conflictos con el personal responsable de la obra al ofrecer una evaluación imparcial.Acceso a herramientas y tecnologías avanzadas sin asumir el coste de implantación. Esto permite una recopilación de datos más eficiente, análisis más preciso y presentación de informes detallados.
  • Reducción de carga administrativa interna. Al externalizar el control de costes, la empresa libera a su personal interno de tareas administrativas intensivas y permite que los empleados se centren en sus funciones principales, mejorando la eficiencia operativa.
  • Externalizar el control de costes permite a la empresa concentrarse en sus actividades centrales lo que puede aumentar la eficacia global de la empresa.
  • Mejora en la eficiencia y rentabilidad. Al aprovechar la experiencia y eficiencia de una consultora externa, la empresa puede mejorar su gestión de costes, aumentando la rentabilidad de sus proyectos y reduciendo posibles pérdidas.

Hay empresas, como EXTECON, que llevan de manera externa el control de costes de empresas constructoras. El proceso es sencillo: la constructora envía todas sus facutas, albaranes, gastos, nominas, etc, y EXTECON procesa toda esta información para dar a la constructora informes de resultado por obras y por empresa al final de cada mes y el resumen anual.

La necesidad del control de costes en construcción.